Obituario

No había sido capaz de sentarme a hablar sobre los meses de la más intensa tusa que alguien puede sentir, tanto así, que mis amigas cuando terminaban me decían, "solo pido que mi tusa no sea como la tuya". No sé si por dicha o por desgracia mía...

Por dicha porque me la rumbié toda, jueves, viernes y sábado, para mí, era sagrado salir a "emborrachar la tusa".

También porque me encontré e hice nuevas amigas, quienes fueron mis cómplices, acompañantes y mejores consejeras.

Dicha porque me reencontré y descubrí que me gusto más así que como era antes.

Porque descubrí mis mayores atractivos y los puse en práctica.

Y porque aunque nunca lo pensé, me volví a ilusionar, le entregué mi corazón a alguien y volví a sentir...

Por desgracia, porque casi entro en alcoholismo y en bancarrota,

porque descubrí que uno no se puede perder en fantasías y que debe creer en la realidad.

Por desgracia descubrí que los finales felices solo se ven en cuentos,

Sentí el dolor del orgullo, el sentirse ignorado y poco valorado, la impotencia de amar solo, el dolor de la ausencia, los eternos silencios, el vació de enviar cartas sin respuesta, mensajes sin destino, y la intriga de ese "alguien más" que me estaba robando mi espacio.

El 6 de Junio se celebraría un año, del día más infeliz de mi vida, el día que borré de mis agendas, el causante de todas mis desgracias y dolores. El día que acabó con la ilusión más grande que pude haber tenido, el día que me robó mi felicidad y que mi alma sintió que moría...

Gracias a ÉL, ya no celebro ese día, gracias a esos 2 meses de ilusión se me quitó el peso de tener que recordar, ese que para muchos es "viernes 13" y que para mí era " Junio 6".

Hoy vuelvo a estar sola, dichosamente sola, sin el peso del pasado y creyendo que el único futuro que me queda, es el presente...