Todo estaba cuadrado para esa noche, llevaba días sin dormir planeando el encuentro. La pinta estaba lista, había conseguido ahorrar el dinero suficiente para pagar la cuenta que ameritaba la ocasión. Solo bastaba una llamada para concretar y el momento que ella estaba esperando desde hacía varios meses, se iba a hacer realidad. Daban las 3:30 pm de un frio 29 de Noviembre cuando se atrevió a llamar, timbró, timbró, timbró, y del otro lado no hubo respuesta…
Sin perder la esperanza, se sentó a esperar… pasada una hora el teléfono por fin sonó, era El. Una gran vacío sintió el corazón cuando lo oyó decir “negra me vas a matar, no puedo ir hoy”. En ese momento todo se derrumbó, todo se cayó. No valía ninguna excusa, no iba a ir y una vez más la dejaba con los la pinta lista y la reserva hecha. Conteniendo la tristeza y la ira que sentía en el momento aceptó su propuesta de salir al día siguiente, claro ya sin el encanto que traía consigo esa noche…
Sintiéndose el ser más despreciable y humillado decidió dejarse llevar por la Letting go night, pensando que de verdad podría dejarlo ir y levantarse al otro día y al verlo poderle decir que aunque lo dolía su ausencia, la humillación que sentía era más fuerte que el dolor de su partida.
La noche pasó y se postergo sumergiéndola en el más maravilloso sueño. El sueño que había anhelado toda la vida… conocer el viejo continente, viajar, llenarse de experiencias e ir a “la ville de l´amour “ el sitio donde esperaba encontrarse con él en algún momento de la vida…
Hoy, desde un estado de ingravidez, en donde ella todavía no despierta del sueño, espera que llegue ese mañana, que su teléfono vuelva sonar y que Él le diga que ésta esperando en el mismo lugar en donde se iban a encontrar la noche anterior…
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