Se sentia comoda, la vida giraba alrededor de ella con poca dificultad pero tanta monotonía la cansó, la desilusionó y le generó una inmensa confusión. Quién era? qué quería? que aspiraba? para qué era buena? fueron preguntas que le fueron llenando la cabeza.
De pronto se dio cuenta que no tenía motivos, que estaba viviendo la vida de otros, una vida ajena a la de ella de la cual definitivamente no hacía parte y fue ahí en donde decidió sentar cabeza y actuar.
Decidió asumir con humildad la vida tan afortunada que tiene sin sentirse amenazada por la vida de los otros.
Decidió apasionarse por lo que le gusta, y sacar el mejor provecho de las oportunidades que se le presentan.
Decidió seguir amando y arriesgando enfrentando los cambios que trae la vida...
Decidió volver a sonrerir y luchar por lo que más quiere....
Decidió confiar en su instinto y hacerle caso a su corazón.
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